Seguro que más de uno de los que nos leen -y más de uno de los que escribimos- han recibido alguna vez una multa de velocidad al ser cazado por un radar fijo con cámara de fotos. En España esta práctica, además de habitual, es completamente legal, y dentro de poco se convertirá en una pesadilla aún mayor, ya que las cámaras de tráfico inteligentes están a punto de llegar a Europa.
Estas nuevas cámaras incorporarán el sistema ASSET, (Advanced Safety and Driver Support for Essential Road Transport, ASDSERT) y costarán unas 50.000 libras esterlinas (58.000 euros) cada una y serán capaces de captar en un único instante la velocidad a la que te desplazas, determinar si estás acelerando o frenando, sacarte una foto facial, otra a la matrícula e incluso distinguir si llevas, o no, puesto el cinturón de seguridad.
Por si fuera poco, será capaz de comprobar instantáneamente si el seguro del coche está al corriente de pagos, e incluso llamar y avisar a la policía en caso de ser necesario.
La idea está en instalar numerosas unidades de estas súper cámaras inteligentes a lo largo y ancho de Europa -y posteriormente en Estados Unidos- en colaboración con los distintos gobiernos, así como en coches patrulla, de esos que suelen sorprender tras una curva o escondidos tras una cartel publicitario.