Tras la inmersión en las tres dimensiones, lo siguiente en lo que están centrados los investigadores está relacionado con el tacto.
Y es que Toshiba está trabajando en un proyecto que permitiría experimentar la textura de un cepillo, madera e incluso una piedra, gracias a una película que se colocaría sobre el panel de un smartphone táctil, por ejemplo.
Esta capa superior, transmitiría pequeñas descargas eléctricas que engañarían a nuestro sentido del tacto, creyendo que estamos ante una superficie completamente distinta a la de nuestro teléfono.
La compañía que está detrás de esta tecnología es Senseg y, aunque lleva trabajando en ella desde el 2008, la reciente demostración del prototipo es el ejemplo más claro de lo avanzado que va el proyecto.